lunes, 16 de febrero de 2009

Villarcayo

Os cuento lo que, en un breve periodo, he podido disfrutar esta tarde en Villarcayo.

Primeramente había gran movimiento de fringílidos (jilgueros, verderón común, pardillos, pinzones) entre los arboles y algun alcaudón real (Lanius excubitor); pero enseguida me ha llamado la atención que lo que había entre las zarzas no era gorriones, se trataba de escribano palustres (Emberiza schoeniclus), al menos una pareja.


Escribano palustre

Foto testimonial de otro ejemplar de escribano palustre
Según sigo andando veo un grupo de avefrias (Vanellus vanellus) en unos prados haciendo vuelos bajos de un lado para otro junto con una gran concentracion de estorninos negros (Sturnus unicolor) que hacían sus llamativos vuelos perfectamente sincronizados, ropiéndose el grupo y volviendo a unirse en un espectáculo que en esta zona no suele resultar muy frecuente ( el numero de estorninos me atrevo a decir que pasaba ampliamente de los 1000 ). Junto con los estorninos las avefrias también les acompañaban; pero de repente el baile se rompe y aparece un joven halcón peregrino (Falco peregrinus) lanzando dos ataques al grupo de los sturnus sin capturar ninguno y retirándose a lo alto de un árbol próximo.

Pequeña parte del bando de estorninos, posible dormidero.
Después de observar un rato al halcón y sin moverme del sitio he podido contar 14 cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) en sus respectivos nidos, y entre las avefrias que andaban por las campas tres zarapitos reales (Numenius arquata), nada de chorlitos dorados.
Junto a las campas me sorprende la presencia de cinco corzos comiendo tranquilamente.


Grupo de corzos
Ya en la charca sigue el tarro blanco (Tadorna tadorna), y un buen numero de anátidas donde destacan los cucharas y cercetas comunes.


Foto testimonial del tarro blanco, estaba muy lejos y con viento.
En fin, ha sido un momento breve (no mas de 20 minutos) pero que lo he disfrutado como un niño. Lastima de no tener mas tiempo, el trabajo me reclamaba.

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